29 de febrero de 2016

Pendientes de ganchillo aprovechando unos pendientes de aro viejos


¿Tenéis por casa los típicos pendientes de aro grande que se pusieron de moda en los noventa?
Ahora la verdad es que dan un aspecto demasiado étnico, cuando no choni directamente. 
Estos son a los que me refiero. Realmente es un tipo de pendiente atemporal,  pero de un tiempo a esta parte se vienen asociando a un tipo de estética con el que no me siento reflejada.
Yo tenía dos pares de un diámetro considerable, y ya estaban deformados, sin brillo.Ya sabéis que los pendientes de plata se pueden limpiar con limpiametales, con pasta de dientes, o metiéndoles en un recipiente recubierto de papel aluminio lleno de agua caliente con sal.
Para preservar su brillo, existe un barniz especial para metales que evita que la plata, la alpaca y similares se ennegrezca.

Los aros de arriba, además de grandes, están ennegrecidos sin solución posible, y muy pasados de moda. Los de abajo, que tienen un pequeño relieve, no estaban del todo mal, salvo que tenían el cierre muy suelto y aunque no se aprecie en la foto, habían perdido la forma de circunferencia y estaban muy abollados, aparte de haber perdido su brillo. Hora de intentar darles una segunda oportunidad en vez de dejarlos aburridos en el joyero.

Pero si realmente tienes aros de estos, han perdido para siempre su forma de circunferencia perfecta, su cierre está dado de sí, y no hay abrillantador que los recupere, les puedes dar otro aire haciendo unos pendientes de ganchillo que serán aún más étnicos o llamarán más la atención.
Además si tienes aros desparejados puedes usar lana o hilo de ganchillo dorado, plateado o con algún efecto brillante para hacer una decoración navideña barata.

Este es el gráfico que he seguido yo para rellenar un aro de 4 cm de diámetro. 
Perdón por el cutrerío pero creo que las corchetes se apañarán siguiéndolo. Aquí tenéis una guía de símbolos de crochet.
En cinco minutos por pendiente lo puedes tener hecho. He utilizado hilo de crochet 100% algodón del número 5; quizás un poco grande para lo que requiere la labor. Tiene que hacerse en un genero que no se deshilache para que se vean bien marcados los puntos y con una aguja no demasiado pequeña para poder pillar los puntos en condiciones. Evidentemente, en color negro los puntos no se acaban de marcar bien.

Para las que no se apañen nada con esta clase de gráficos, a pesar de que es tremendamente simple, resumo los pasos:

  • Ronda 1: círculo mágico de 5 cadenetas unidas entre sí por un punto bajo.
  • Ronda 2: Hacer tres puntos altos cerrados juntos en cada cadeneta, separados entre sí por dos puntos de cadeneta. Cerrar el círculo con un punto bajo.
  • Ronda 3: Hacer tres puntos altos cerrados juntos (X2) y tres puntos de cadeneta; repetir hasta cerrar el círculo.
  • Ronda 4: unir al aro con puntos bajos (dos por cadeneta de base si se quiere que la unión al aro quede más cerrada) trabajando como sigue para que quede un efecto de puntilla: tres cadenetas, cerrar con un punto bobo en el punto inicial, cinco cadenetas, unir con punto bobo en el punto inicial, tres cadenetas, cerrar con un punto bobo en el punto inicial; unir con dos puntos bajos por cadeneta de base para unir el aro hasta el siguiente punto decorativo; tres cadenetas cerradas con punto bobo en el punto inicial. Cuando llegue el momento de acabar la labor se tejen cinco cadenetas (en la tercera engarzamos el enganche del pendiente, que previamente habremos enhebrado) y un último punto bajo unido al aro. Rematar con punto bobo y cortar las hebras sobrantes.

Hay otros patrones más complejos en la red, aunque hay que tener en cuanta que requieren un tamaño de aro gigante y el resultado es poco discreto. Una vez dominada la técnica se puede sofisticar el ganchillo colocando abalorios en lugares estratégicos.
Lo bueno que tiene esta técnica es que se puede deshacer y rehacer cuantas veces se quiera para aprovechar el aro original, incluso retornar a él si los echamos de menos.

Mi modelo está basado en este rosetón de seis repeticiones, que quedaba demasiado holgado para el diámetro del aro. 

No es conveniente tejer pendientes tan grandes sin un soporte, porque no quedaría con la rigidez suficiente. La mayoría de pendientes a crochet que no se tejen dentro de un aro son pequeños. En cambio un aro se puede cubrir incluso a punto bajo simplemente para cambiarle de color, o decorarlo por dentro con la forma de rosetón que queramos, más o menos complejo. Hay multitud de motivos para inspirarse. No recuerdo de qué web saqué este modelo en concreto, por eso no la referencio.

La mayoría de pendientes de crochet son derivaciones del mismo esquema así que es cuestión de improvisar y adaptarse al material.  Siempre llega un punto en que la labor se une al aro mediante puntos bajos (entre los que se suele alternar algún tipo de punto decorativo), que se realizar pasando la aguja por debajo del aro para coger hebra, y luego cerrando el punto por encima del aro para que quede aprisionado cuando acabemos el punto.

Cuidado de que la parte tejida no quede ni muy tensa  ni muy holgada; debe quedar plana una vez unida al aro.

Si el cierre del aro está muy dado de sí es mejor ponerle una gota de pegamento para que no se nos abra el aro mientras trabajamos y se nos salgan los puntos.
Como me da mucha rabia que se vea el plateado entre las cadenetas de crochet he pintado previamente los aros con laca de uñas negra.

Más que nada porque en una primera versión que hice, con sólo un punto bajo por cada punto de la fila anterior, se notaba demasiado el aro plateado y lo tuve que deshacer.
Importante: enhebrar en la lana el enganche del pendiente que querremos que quede al final. Se puede hacer al final cuando ya sepamos la hebra de lana que gastaremos para acabar la labor.



Resultado final:


¡Al final quedan bien grandes pero no pesan nada! Dan un efecto muy lolailo.

La pareja, colgada de mi árbol de alambre para pendientes. Ahora imaginaos esto mismo pero con un aro más grande y lana de fantasía dorado o plateado. ¿A que parecerían copos de nieve y servirían como adornos de navidad?

Entre los pequeños defectivos y que no quedan nada discretos, en parte por las decoraciones exteriores, no me extrañaría que los acabara deshaciendo  y probando de tejer otro modelo, más intrincado por la parte de dentro del aro y que no contribuyan a aumentar el diámetro del pendiente.
Mmmmm, no sé con qué combinarlos... ¿Vosotras os los pondríais? Esta es la mejor manera de aprovechar los aros desteñidos o deformes que no podemos recuperar de otra manera. Ya me pensaré qué modelo de ganchillo  elijo para los otros aros que me quedan,  que son aún más grandes (5,5 cm!!). Quiero un efecto relativamente discreto.


¿No te atreves con el crochet o tienes bisutería que no puedes arreglar con ganchillo? Existe pintura con efecto cromado que puedes utilizar. Te dejo un ejemplo de mis resultados, por si te convencen.

¿Bisutería barata que se ha vuelto naranja, negra o ha perdido para siempre el brillo? Ni siquiera limpiándola y barnizándola se puede recuperar. ¿Deseas cambiarle el color a otra pieza de bisutería que tal como está no te gusta? Yo pensé en repintar la que tenía con pintura de afecto cromado. 
Los sprays plateados convencionales no sirven porque no dan efecto cromado. Así que compré pintura de efecto cromado, también en spray, en mi tienda de bricolaje habitual. Con una pasada bien dada es suficiente, extendiendo el sobrante con un pincel o un dedo para mantener los relieves. La verdad es que este tipo de pintura también va fenomenal para convertir en plateada cualquier tela o cartón y preparar disfraces.
Resultado final; mejor que antes pero ni por asomo es un efecto realmente "cromado", aunque mejor que el del spray plateado convencional. Lo peor de todo es que a este tipo de pintura no le pude aplicar el barniz para metales que uso para evitar que se estropee la plata y el cobre, porque ¡arrastraba la pintura! Así que no le pude dar un extra de brillo. Quizás con un barniz de papelería normal... El efecto resultante es más de plástico que de metal.

22 de febrero de 2016

(Más) Consejos para hacer teselas y figuras con CDs reciclados

Esta es la típica manualidad que alguien como yo ve y quiere poner en práctica, aunque en mi caso sin un proyecto claro en mente sólo he probado para comenzar a probar la técnica. Es un sistema relativamente fácil y rápido de reciclar para algo productivo cantidades importantes de esos CDs que todos guardamos en casa porque da pena tirarlos pero que en realidad deberíamos eliminar porque es un formato obsoleto y poco duradero de conservación de archivos.

Para que veais de lo que hablo, os emplazo a que aprendais la técnica original según la Biblia de esta técnica, el Taller de Ire.

No puede ser más sencillo y con elementos que todos tenemos YA en casa:
  • CDs (que no DVDs) de datos que queramos reutilizar
  • Cinta adhesiva (a poder ser la típica cinta de precinto transparente grande, que cunde más)
  • Alcohol etílico, isopropílico o acetona, y algodón
  • Tijeras gruesas y cúter
  • Pintura acrílica (no con base demasiado acuosa; esto es importante de cara al resultado)
  • Horno


Entre los CDs del trabajo y los caseros, tengo choporrocientos mil CDs a los cuales sacar partido. Pero para esta técnica son mejores los CDs de grabación de datos, porque los que tienen una capa pintada por lo visto dan muchos problemas (eso no me he molestado en comprobarlo)  y es mejor usarlos para hacer mosaico con su parte trasera, similar a un espejo.
Aunque por lo visto hay gente que ha tenido problemas, tal como comenta Ire en su web, yo no tuve dificultades en proceder con el mecanismo y todo transcurrió más o menos como advierte ella en sus tutoriales:

1. Se raspa el borde de los CDs para tener un punto a partir del cual levantar la capa superior (con las letras).
2. Con la cinta adhesiva, se "depila" toda la capa superior del CD sin dejar ni rastro, partiendo de ese rasguño inicial.
3. Con algodón impregnado en alcohol o acetona, frotar a conciencia para quitar la capa verdosa irisada que tiene el CD en su parte intermedia.
4. Marcar los cortes a realizar con el cúter y cortar con unas tijeras grandes y fuertes. Queda mejor si el corte final es cuadrado, porque los bordes se "astillan" menos.
5. Pintar uno de los trozos recortados y colocar encima un trozo exactamente igual de tamaño, haciendo un "sandwich" con la pintura entre medias.
6. Colocar sobre papel de plata completamente en contacto con una fuente metáliza para horno y hornear a temperatura máxima (250 ºC o más) con calos por ambos lados 10-15 min hasta que las dos capas de CDs prácticamente se hayan fundido entre sí y la pintura parezca que burbujea.
7. Dejar enfriar y utilizar.

De mi experiencia dejo a navegantes algunos avisos y consejos, que se suman a la experiencia de otros blogueros:

  • Los mejores resultados se obtienen con cortes cuadrados, porque los cortes redondeados quedan con más aristas. Por eso el uso ideal es el de tesela de mosaico.
  • Es imprescindible que el papel de aluminio esté completamente liso y pegado a la bandeja de horno; cualquier irregularidad provocará un cráter en la parte trasera de la pieza (que queda completamente lisa, a diferencia de la parte superior que ha de quedar ligeramente convexa).
  • Se producen cambios de color relativamente impredecibles: el amarillo pierde brillo, el blanco queda verdoso, rojos y rosados viran a naranja...Es mejor usar colores puros porque los mezclados pueden dar efectos indeseables, como disociación de los colores primarios, efecto de aguas...Los dibujos no se conservan bien.
  • La pintura no debe tener una base demasiado acuosa, porque se crearían burbujas al hacer el sandwich y tras el horneado quedarían trozos sin pintura en el interior. En el caso de la pintura acrílica, intentar usar el pincel lo más seco posible y que la capa de pintura tenga el suficiente grosor, para que cuando se aprieten las piezas del sandwich entre sí no se produzcan burbujas en la pintura.
  • La laca de uñas no se puede utilizar, ni siquiera la transparente. 
  • El plástico del círculo central del CD da resultados diferentes al del resto de la superficie.
  • La purpurina y el efecto de glitter se funden y no perduran tras el horneado; como mucho pueden contribuir a crear un efecto de "aguas" sobre la pintura basal. 
  • El proceso de horneado requiere vigilancia constante porque tan pronto como en 10 minutos ya se puede haber creado el efecto; es mejor tener que meter de nuevo las piezas para que acaben de hornearse que no arriesgarse a que se calienten en exceso; quedarían demasiado fundidas entre sí, irregulares y con burbujas. Mi horno tiene 270 grados de temperatura máxima y en 10 minutos las tuve que sacar, y ya estaban un poco pasadas. Casi es mejor dejarlo a los 250 ºC canónicos y no achicharrarlas tanto, aunque haya que esperar un poco más.
 Os dejo imágenes de mis resultados:
Como me faltaba estrella para el árbol de navidad, comprado este año, probé de hacer una con esta técnica de reciclar CDs. Necesité dos CDs en total, uno para la capa superior y otra para la inferior. Los fragmentos entre los brazos de la estrella los aproveché para recortarlos de otras maneras y probar el resultado con distintas pinturas, y así no gastar CDs a lo tonto. Pinté la estrella de amarillo con puntos blancos para ver si quedaba un aspecto final más degradado y claro y las puntas y el centro de color salmón para que no quedara un color tan plano. No le puse más purpurina ni otros efectos porque al no conocer como quedaría finalmente, no quería cagarla.
Este es el resultado. Desde luego parece más una estrella marina que una estrella del cielo. Las puntas anaranjadas dan un aspecto como de tostado, el amarillo ha perdido claridad y brillo y los goterones blancos no han contibuído a dar un toque irisado. Hay un exceso de burbujitas y se aprecia un tono verdoso. El tamaño contribuye a que se vean más los desperfectos. No la he colgado en el árbol (en su lugar coloqué una estrella de origami hecha con papel plateado reciclado de un envoltorio), pero me la guardo para cuando el próximo año en el colegio de mis hijos vuelvan a pedir adornos de Navidad hechos con material reciclado. ¡Yo ya tengo el mío hecho!
Disposición original de las piececitas antes de meterlas en el horno, con diferentes tipos de pintura (laca de uñas o acrílica) y efectos (color puro o diferentes brochazos. La pieza verde de la esquina inferior izquierda tiene purpurina verde por encima de la pintura, aunque casi no se aprecia. La pieza de abajo del todo, solamente tiene laca de uñas transparente con glitter plateado cuadrado.
El resultado tras el horneado: ya se ve que el color amarillo pierde luminosidad, los rosados tienden al anaranjado, el blanco queda verdoso, los azules se conservan bastante bien y los colores mezclados o se escinden en los colores originales o viran hacia el rojizo, si forma parte de la mezcla. Las lacas de uñas quedan marrones y mucho más irregulares en sus superficie. La pieza verde que contenía purpurina no queda brillante, pero sí con un efecto gracioso de burbujas (casi no se aprecia).

Detalle del fiasco de pintar las piezas con laca de uñas. No es una cuestión de usar unas lacas de un color u otro, con brillo metalizado o no, porque el efecto se produce incluso con las transparentes: quedan de color "quemado" y con la superficie irregular y llena de cráteres. No es bonito, aunque quizás tenga alguna gracia si alguien quisiera hacerse un colgante con ese aspecto un poco "tétrico". El glitter brillante tampoco perdura después del horneado: desaparece.

Al final del trabajo, me quedaron unas piececitas muy monas para que jugueteen los niños pero nada aprovechable ni para unos colgantes, ni unos pendientes... Pero me quedo con la técnica y en cuantito tenga alguna superficie que desee decorar con mosaico (un marco, un cuenquito...) me fabricaré mis propias teselas.
A veces hay que invertir un poco de tiempo en I+D para ir descartando proyectos y aprendiendo nuevas técnicas, ¿no os parece?

4 de febrero de 2016

Como ordenar cintas y cordones en una caja de galletas circular


Os traigo una idea de ordenación que a la mínima que os pongais podeis perfeccionar .
Se trata de una manera de ordenar las cintas y cordones que todas tenemos guardadas a la espera de un fin mejor, porque nos han sobrado de otras labores o vamos almacenando porque nos da pena tirar. La manera de ordenación tradicional es recortar cartoncitos para enrollar cada cinta, igual que se hace para los hilos de punto de cruz: los que más me han gustado hasta ahora son estos.
También se suelen aprovechar carretes de hilo vacíos, aunque queda el problema de evitar que el cabo del hilo o la cinta se suelte. Hay gente que solventa ese problema enrollando las cintas alrededor de pinza de la ropa y pinzando el extremo, pero esto tiene poco glamour, a no ser que te dediques a pintar las pinzas o dejarlas muy monas con washitape o algo por el estilo. Pero luego hay que buscar un sitio donde esas pinzas queden bien monas, etc.

Como digo la idea de los cartoncitos decorados era la que más me molaba peeeero yo no tenía ninguna caja de bombones rectangular para darle ese uso, y sí en cambio par de cajas de galletas pequeñas y circulares, un poco cursis, a las que tenía que dar uso, porque son estas que compras porque te parecen muy monas pero una vez que te has comido las galletas tienes que hacer algo con ellas.
Pues nada, un sistema circular de organizar cintas y cordones en forma de pisos.

Monísima para una habitación infantil, pero solo cuando tiene cosas infantiles que contener.
Mejor aprovechar las cartulinas decoradas de las que tanto hablo y tanto uso para recortar círculos ligeramente más pequeños que el diámetro de la lata.
Una vez hecho eso se recortan unas ranuras de forma concéntrica, un poco anchas y suficientemente separadas entre ellas para que puedan pasar varias vueltas de la cinta o cordón, y un pequeño orificio central. La idea es que cada piso de cartulina tenga espacio para cuatro o cinco cintas. Yo lo hice para cinco pero por motivos de contrapeso quizás hubiese sido mejor hacerlo con cuatro.
Recorté cuatro cartulinas simulando las cuatro estaciones (más o menos); y aún me quedaba espacio en la lata como para añadir alguna más repetida y ponerle un círculo de cartulina como fondo de la lata.
Como la trasera de estas cartulinas también está decorada no queda demasiado feo, aunque después de enrollar todas las cintas y cordones el dibujo se ve poco. Después se trata de unir los diferentes pisos con un cordón suficientemente largo, anudando el cordón antes y después de cada agujero para que se mantenga fija la distancia entre pisos, que no ha de ser demasiado pequeña para que puedan manipular los cordones atados con posterioridad.
En el piso de arriba hay que dejar alguna argolla o lazada para poder estirar todos los pisos. Yo he aprovechado una cinta que tenía unos topes de plástico debajo sacados de otro envase, pero como el cordón central es lo más feo que me ha quedado cuando tenga otro de la longitud adecuada lo cambiaré para que el resultado sea más pulcro. Luego ya es cuestión de gustos si cada piso se dedica a un tipo de cinta o cordón en concreto, según la disponibilidad, pero es importante que los pesos estén más o menos equilibrados. Cuando se quiera buscar un cordón, se estira de arriba y las capas van saliendo en plan acordeón. Si cada piso está más o menos equilibrado no se tuerce mucho. También se puede abrir como una especie de libro. Sólo hace falta sacar los pisos necesarios hasta encontrar lo que buscamos, sin tener que sacarlos todos si no hace falta. Y debajo de la última cartulina y hasta el fondo de la lata aún queda espacio para pequeños trocitos que no se pueden enrollar, o carretes. Es importante que el diámetro de las cartulinas sea más pequeño que el de la lata porque es de cajón que los cordones cuando se enrollen aumentarán bastante el ancho.
Y una vez todo colocado en su sitio volvemos a tener nuestra latita, que ya viene muy decorada de por sí. Apenas tiene un palmo de ancho así que pocas cosas mejores se me ocurren para aprovechar al máximo el espacio.

A mí me ha quedado un poco descabalado porque no he tenido la precaucion de compensar el peso entre los diferentes cordones que van en cada sección, pero hay margen de mejora para cuando quiera dedicarle un rato más al asunto.
Me quedan muchos restos de cintas muy cortitos o cordones feos en busca de un sitio mono donde guardarlos, pero es que no me da la vida para buscar un acomodo glamuroso a todo lo que tengo para ordenar.
¿Que os parece mi idea? Cada uno aprovecha las cajas que tiene como mejor puede, ¿verdad?