14 de agosto de 2017

Idea para disimular manchas de grasa en una camiseta

En un post anterior di una idea para disimular una salpicadura grande de lejía en una blusa de color liso. Pero...¿qué pasa con manchas múltiples de grasaza que no se quitan con nada en una prenda que ya tiene un dibujo grande de por sí?
Si es una camiseta al uso no hay problema, porque ahora lo que se lleva es tunear las camisetas con recortes en la espalda o poniéndole flecos, así que...¡¡manos a la obra!!

Camiseta regalada con dibujo bonito pero poco "femenina", y además, echada a perder por unos lamparones de grasa que no se han ido pese a la multitud de trucos que probé...
No pasa nada si uno recuerda que cuando uno recorta y estira la tela de camiseta como si quisiéramos hacer trapillo, tiende a enrollarse sobre sí misma y disimula cualquier mancha. Así que recortamos el bajo de la camiseta (realmente es opcional) tras haberla cuadrado bien por las costuras. De paso recortamos el cuello y las mangas para que no tenga un aspecto tan "tradicional".
Marcamos el largo de unos flecos en el bajo, del mismo ancho, cuidando que los flecos cubran la parte de la camiseta afectada por las manchas. Recortamos y estiramos bien la tela y ya veréis como los lamparones pasan a estar desapercibidos.
¿Dónde están los lamparones ahora? Para que no queden los flecos demasiado sencillos, se anuda cada tira con la contigua con un par de nudos decorativos. Este proceso ya acaba de camuflar cualquier desperfecto que tuviera la tela en esa zona. Según el tipo de nudos en los flecos que se deseen, conviene dejar los flecos más largos. Yo me arrepentí de haberlos cortado tanto...

Voilà. De una camiseta que supuestamente era de chica pero la mar de sosa, recuperamos de forma gratuita un top más a la moda y claramente más jipi-chic, preservando el dibujo celta original que es lo único que ha salvado esta camiseta de la basura.
Así es cómo he dado una segunda oportunidad a una camiseta que tenía unas manchas que hacían daño a la vista. Antes de tirar nada, conviene darle una vuelta por si se puede aprovechar la tela y ya no digamos disimular el desperfecto de alguna manera (que dependerá de cada caso en concreto), ya sea pintura o tijera. En 20 minutos escasos hemos evitado quedarnos sin una prenda que además aparece ponerse ahora más que antes.

7 de agosto de 2017

Idea para disimular manchas de lejía en la ropa

Tenía una blusa que me ponía mucho, regalada por la cuñada además, pero echada a perder por una gran salpicadura de lejía en todo el frontal. Sé por otras probatinas que estas manchas de lejía no se disimulan bien intentando teñir la prenda. Así que parecía condenada a la basura o a aprovechar el cuello bordado o el retal trasero para cualquier otra cosa... Pero me daba pena tirarla...



Pero entonces adquirí en el LIDL rotuladores permanentes para textil con efecto glitter en relieve (incluso sin saber muy bien para qué me podían servir, pero fue superior a mí...) y se me encendió la bombilla...

 ¡Disimularía el manchurrón de lejía bajo un dibujo de atrapasueños, que están muy de moda y me encantan!




Este es el aspecto del atrapasueños que dibujé, con la "tinta" aún fresca. Posteriormente añadí algún detallado más. No se tarda más de 10 minutos en hacer este dibujo. Un vaso o tapa puede servir de guía para trazar el círculo; todo lo demás está hecho a mano alzada sobre la marcha y sin seguir ningún modelo especial, aunque en google se puede encontrar inspiración.

Este tipo de rotuladores tiene una boquilla muy finita que permite trazos de bastante precisión. Sólo hay que tener la precaución de que la boquilla no se tapone y no apretar demasiado para que no salga un grumo. La tinta consiste en una especie de pegamento con glitter que una vez seco, queda transparentado y con efecto purpurina, más o menos en relieve según la cantidad que hayamos aplicado.
El secado tarda un mínimo de seis horas.
No se traspasa nada a la trasera de la tela, pero yo por si acaso pinté poniendo un cartón debajo del frontal de la blusa.
Para fijar el color, se plancha sobre un trapo a máxima temperatura o se mete la prenda en el horno a 150ºC durante 8 minutos.
Al principio fui reacia a hornear la tela así que la planché una vez seca...Y lista para poner.
¿Dónde está la mancha de lejía ahora? Y apenas se nota que el dibujo está ligeramente descentrado para disimular el manchurrón...además lo bueno es que se puede ampliar y retocar el dibujo si nos parece soso de primeras.

Llegó la hora de la verdad: lavar la blusa a 40ºC (máximo recomendado para los rotuladores textiles) y ver si el invento aguantaba...¡¡¡Y perdí parte del dibujo porque no debía estar bien fijado el color con el planchado!!! Aparte de que la purpurina perdida se esparció por la blusa y el rotulador plateado tenía una aspecto blandurrio y extraño...

Uppps, demasiado bonito para ser verdad...
En esta imagen se aprecia bien el aspecto que tiene el relieve tras el lavado, que parece que ha perdido toda la purpurina.

Así que tuve que retocar el dibujo con los rotuladores y esta vez sí lo horneé a 150 ºC durante 8 minutos. Después de volverlo a lavar, esta vez a 30 ºC, el dibujo se había mantenido entero, aunque los colores seguían teniendo (en húmedo) ese aspecto blandurrio y sin purpurina de la vez anterior...

Uppps, parece que va a ser una lotería lavar esta prenda...
 Pero una vez seco, como por arte de magia el dibujo recuperó la purpurina y el relieve adecuado, así que se puede dar el atrapasueños por fijado y recuperado...

Mejor esto que no tirar la blusa, que me daría mucha pena, o embarcarme en una complicada labor de descoser el cuello bordado e intentar endosarlo a cualquier otra camiseta...
Pese al fastidio de tener que hornear la ropa para fijar bien los colores, y de que siempre habrá que tener precauciones especiales a la hora de lavar y planchar estas prendas, estoy contenta con el resultado que dan estos rotuladores y seguro que volveré a utilizarlos para decorar prendas sosas, o disimular manchas de lejía, o de grasa, o con un pequeño remiendo. Las opciones de dibujo son ilimitadas. Además ahora se lleva mucho el rollo zentangle que sirve para disimular cualquier cosa. Hay rotuladores disponibles sin purpurina y sin efecto relieve para los más conservadores...


 Espero que mi experiencia os haya inspirado y os lo penséis un poco antes de tirar a la basura prendas con manchurrones sin aparente solución. Os recomiendo que os hagáis con este tipo de rotuladores porque son toda una inversión y pueden usarse para dar una segunda vida a la ropa que de otro modo acabaría hecha retales o en la basura...


2 de agosto de 2017

Reciclar un dedal para hacer un broche




Culoveismo (sust. masc.): dícese del impulso de imitar manualidades graciosas que se ven en la red por impulso del amor a primera vista, la envidia, o el deseo de probar técnicas nuevas. La insatisfacción de ese impulso conduce a un estado de inquietud y desasosiego.

Pues eso. Esta idea no es propia pero en cuanto la vi me decidí a imitarla, porque
a) Yo también tengo por casa esos lamentables dedales comprados en los chinos que luego resultan que te están demasiado grandes y son demasiado blandos para cumplir su función.
b) Es una idea de broche encantador para una costurera. Además permite reciclar pequeños retales, botones sobrantes y restos de hilos de cualquier bobina.


Realmente sólo se necesita un dedal grandecito en buen estado, pistola de silicona y un alfiler o broche. Se rellena el fondo del dedal con silicona caliente (con cuidado, porque el metal en seguida quemará). Se aprovecha para insertar tres rollitos de cartulina con hilos de colores enrollados, imitando bobinas, dos alfileres, dos retalitos enrollados y un botón de cuatro agujeros (quedan mejor que los de dos). Las telas y el botón requerirán un poco de pegamento extra para que aguanten bien en su sitio. Yo pequé el alfiler del broche, asegurado además con hilos, en la trasera de las telas (para que no se desenrolle el retalito di unos pespuntes a las telas).
La trasera del dedal de marras.
El lateral del broche. Yo decidí hacerlo así porque la superficie curva del dedal es difícil para pegar cualquier otra cosa. Se puede adaptar la misma idea para hacer un collarcito, pero pesa demasiado para hacer pendientes.
 Y voilà, en 20 minutos tenemos un broche para usar, regalar, o un detallado para decorar nuestro rincón de costura. Lo mismo hago otro y me monto un imán de nevera. Y hemos aprovechado un dedal inservible.
Para decorar cualquier camiseta sosa y simbolizar cuánto nos gusta el costureo.


¿A que dan ganas de imitar uno nada más verlo?