En un
post anterior di una idea para disimular una salpicadura grande de lejía en una blusa de color liso. Pero...¿qué pasa con
manchas múltiples de grasaza que no se quitan con nada en una prenda que ya tiene un dibujo grande de por sí?
Si es una camiseta al uso no hay problema, porque ahora lo que se lleva es tunear las camisetas con recortes en la espalda o poniéndole flecos, así que...¡¡manos a la obra!!
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Camiseta regalada con dibujo bonito pero poco "femenina", y además, echada a perder por unos lamparones de grasa que no se han ido pese a la multitud de trucos que probé... |
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No pasa nada si uno recuerda que cuando uno recorta y estira la tela de camiseta como si quisiéramos hacer trapillo, tiende a enrollarse sobre sí misma y disimula cualquier mancha. Así que recortamos el bajo de la camiseta (realmente es opcional) tras haberla cuadrado bien por las costuras. De paso recortamos el cuello y las mangas para que no tenga un aspecto tan "tradicional". |
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Marcamos el largo de unos flecos en el bajo, del mismo ancho, cuidando que los flecos cubran la parte de la camiseta afectada por las manchas. Recortamos y estiramos bien la tela y ya veréis como los lamparones pasan a estar desapercibidos. |
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¿Dónde están los lamparones ahora? Para que no queden los flecos demasiado sencillos, se anuda cada tira con la contigua con un par de nudos decorativos. Este proceso ya acaba de camuflar cualquier desperfecto que tuviera la tela en esa zona. Según el tipo de nudos en los flecos que se deseen, conviene dejar los flecos más largos. Yo me arrepentí de haberlos cortado tanto... |
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Voilà. De una camiseta que supuestamente era de chica pero la mar de sosa, recuperamos de forma gratuita un top más a la moda y claramente más jipi-chic, preservando el dibujo celta original que es lo único que ha salvado esta camiseta de la basura. |
Así es cómo he dado una segunda oportunidad a una camiseta que tenía unas manchas que hacían daño a la vista. Antes de tirar nada, conviene darle una vuelta por si se puede aprovechar la tela y ya no digamos disimular el desperfecto de alguna manera (que dependerá de cada caso en concreto), ya sea pintura o tijera. En 20 minutos escasos hemos evitado quedarnos sin una prenda que además aparece ponerse ahora más que antes.
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