29 de octubre de 2015

No soy "miserias", practico el reciclaje urbano...¿qué pasa?

A lo mejor esta debería haber sido la entrada principal del blog, a modo de presentación...Pero como se van acumulando las entradas que hacen alusión al "reciclaje urbano", voy a aprovechar ahora para aclarar el concepto y filosofar un poco sobre el asunto.

"Reciclaje urbano" es el eufemismo que utiliza la gente para referirse al acto de llevarse algo que alguien ha dejado al lado del contenedor de la basura, para aprovecharlo de nuevo. Todos lo hemos visto: bolsas de ropa, muebles, juguetes a medio romper. No se recoge por miseria ni por sacarle rendimiento económico como hacen los traperos: se hace por afición y porque realmente consideramos que aquello que han tirado tiene un segundo uso, aunque tengamos dinero para comprarlo nuevo.
Como en el 99% de los casos la gente que lo tira es consciente de que le puede interesar a alguien, no lo meten dentro del contenedor, si no que lo dejan al lado, así que está "limpio" y libre de olores. Pero claro, luego el siguiente dueño lo limpia o lava antes de usar.

Antes de que algún pureta se escandalice voy a colgar una fotos de algunas cosas que he recuperado al lado de un contenedor, para que me digais si os parece basura digna de acabar en un vertedero, o no.
Sí, una tele de plasma de 15 pulgadas que funciona perfectamente. Le faltaba el mando y el TDT, pero con un mando universal y el TDT de un televisor más obsoleto...¡televisor para la cocina nuevo! Hasta nos venía fenomenal por tamaño.
Pequeña muestra de los peluches que nos encontramos en una bolsa. Con eso quiero decir que había muchos más; uno de ellos era un perro gigante (más grande que el panda) que regalamos a su vez. El peluche del perro que está en el medio es una marioneta con dispositivo electrónico, y ladra cantando cuando mueves la boca: el mecanismo estaba intacto. Algunos de estos peluches se convirtieron en los muñecos favoritos de mis hijos.

Una vez vi a una mujer tener que hacer dos viajes para llevarse a casa juguetes que estaban al lado de la basura, de tantos que había. ¡¡Se había ahorrado los reyes!!

Un baúl viejo: pues se pinta de blanco porque es lo que nos pega con el rodapié, se pintan los herrajes de negro con spray y simplemente se ponen unas cantoneras para decorar, y ya tienes mueble para debajo de la pila del aseo. es donde guardamos los pañuelos, los rollos de cocina, el papel higiénico...Lo único que no arreglamos es el mecanismo de cuerda interna para sujetar la tapa, que era muy malo, así que la dejamos que encaje simplemente por peso. Como se está deteriorando de la humedad, lo mismo un día acaba en el contenedor, por si a alguien le hace más gracia que a nosotros...
Bolsa de tijera para guardar juguetes. Mis hijos en cuanto lo vieron comprendieron su uso y ordenaron el salón. Ya es la segunda que recupero; la primera estaba en peor estado y ya publicaré su restauración en el blog.

¿Le pasa algo extraño a este cubre-macetero? Eso mismo pensé yo, y lo rescaté de un saco de escombros. Tiene el tamaño idóneo para la planta que tenemos en el salón.
Solamente un ejemplo de los objetos de cerámica que se pueden recuperar (aparte de vasos, cuencos...). La tapa estaba rota y arreglada con celo, pero usando pegamento tiene un nuevo uso. Y si dominara el arte de repintar la cerámica lo mismo lo pintaba y lo dejaba menos ridículo.
Un transportín para gatos. Como no tenemos gato, lo he dejado para meter las lanas. 
Ains, nunca me arrepentiré bastante de haber dejado "volar" esa caja entera llena de juegos de sábana bordados para cama de matrimonio...A veces te tienes que frotar los ojos cuando ves lo que tira la gente.
Como es obvio, según las estrictas normas del karma yo también dejo cosas al lado del contenedor que sé que pueden interesar a alguien. Por ejemplo, zapatos muy gastados que ya me aburren, o bolsos recosidos que no uso...¡hay gente que se los lleva! He dejado cosas y he constatado que en menos de media hora, ya habían desaparecido. Y no me refiero a los chatarreros y traperos que se llevan restos metálicos y de madera, que se lo llevan para ganarse unas perrillas.

De hecho, la gente más sensata cuando deja por ejemplo algún cacharro electrónico tiene el buen juicio de poner un cartelito diciendo "funciona" para dejar claro que no es basura tecnológica, si no que tiene un segundo uso para alguien menos escrupuloso que el dueño anterior. ¿Es menos criticable acumular trastos en el trastero o desván? Yo soy más partidaria de dar nuevos usos a lo viejo, reutilizarlo o dejarlo volar, pero no tirar. Eso lo hicimos con una cadena de música vieja, al que aparte de obsoleta sólo le faltaba una tecla de la doble platina. Pues a lo mejor alguien la está usando o necesitaba el dinero de los componentes más que yo, y me ha ahorrado el viaje al punto limpio.
Y sí, a veces me he llevado cosas pensando en reutilizarlas, pero luego por pereza o porque no me daban el uso imaginado, las he vuelto a dejar.

Pero para objetos grandes y muy específicos, o que realmente es una lástima que acabaran en el basurero, es mejor utilizar páginas webs o aplicaciones para donarlo o venderlo de segunda mano a cero euros, pero cuidado, ¡hay gente que se aprovecha para después revenderlo!
Es nuestro caso de un cambiador infantil y un extractor de leche que no queremos: demasiado útil para tirarlo a la basura, demasiado gastado para regalarlo, demasiado arriesgado dejarlo al lado del contenedor por si no pasa nadie y acaba en el camión de basuras. Pues ya veremos lo que hacemos con ello...

Pero para todo lo demás...¡contenedor! La gente se lleva las cosas que da gusto. Y eso que vivimos en un pueblo de gente joven de clase media y media-acomododada, incluso con fama de "pijo"... Porque no es un tema de pobreza, es...pues eso, reciclaje urbano con todas las de la ley. Que tampoco es excluyente con el reciclaje cívico de tirar los plásticos donde tocan, los cristales donde toca, las pilas en su sitio, el aceite usado en el otro...Somos muy cumplidores con eso. ¡Yo ya llevaba los cartones al trapero en los años 80 para no tirarlos, antes de que se pusieran a instalar contenedores! Así que mi conciencia ecológica está tranquila en ese sentido.

Mención especial tiene la ropa. Mi madre se escandaliza cuando sabe que cojo ropa de la calle, pero ella no tiene autoridad moral para acusarme de miserable, porque usa ropa que ya no quieren mis tías y primas o se pone parches en vez de comprarse ropa nueva y no le digo nada. Si te gusta (y te cabe), te lo pones, y si no te gusta (o no te cabe), lo donas o haces retales para otros proyectos. ¿Qué tiene de malo? La lavadora soluciona los escrúpulos higiénicos.

Yo vacío muy a menudo mis armarios y he donado kilos y kilos de ropa que no me cabía o no me ponía. No soporto tener ropa que no uso durante años ocupando espacio. Eso fue antes de aficionarme a la customización de ropa, porque ahora me atrevería a arreglarme algunas cosas, o a hacer retales para otros proyectos.
Pero ahora vivo en Madrid y ¿qué me encuentro, después de haber metido bolsas y bolsas en el contenedor de recogida de ropa? Que el futuro de esa ropa es incierto. No hay contenedores de ropa solidaria cerca de mi casa. El que hay pertenece a una red corrupta.
Y no siempre se puede o se quiere ir a la parroquia para ver si recogen ropa.¡No quiero que una Iglesia acapare las actividades solidarias de recogida de ropa!
Así que, una vez agotada la via de donar la ropa a la familia y amigos (como la ropa de niños por ejemplo) o a la solidaridad "de confianza", lo siento mucho pero mi última "caza" la he dedicado íntegramente a los retales y los proyectos de costura, aunque mi madre se ponga hecha un basilisco.

Os vais a hartar de referencias al reciclaje urbano de telas en este blog. Estos pantalones de tela de pico de gallo están en lista de espera para convertirlos en un top, pero tengo tantos otros proyectos entre manos... Y es que lo siento; ni me vale ni me gusta su forma y ahora mismo soy muy escéptica de la recogida solidaria.
Acepto toda clase de comentarios éticos y filosóficos sobre el asunto; supongo que cada cual tiene su particular visión de lo que se puede hacer con lo que es basura para algunos...Para mí, casi cualquier retal es un tesoro valioso...

22 de octubre de 2015

Alfiletero en forma de dado

Esto más que un "me da pena tirarlo" fue un "me da pena verlo tirado". Habrá a quien le parezca trapero, pero un día lluvioso vas por la calle y te encuentras un dado de estos de trapo que hay quien se cuelga en el coche. estuvieron de moda un tiempo. ¿Qué pintaba uno solo en la acera? Ni idea, pero aunque estaba sucio y descosido lo adopté y me lo llevé a casa. Lavado y remendado esperaba que sirviera de dado de juguete para los niños, pero no le han hecho caso como dados gigante y yo le he querido dar otro uso.

El paciente antes de la operación, incluso después de lavado y remendado.
Al lavarlo la esponja interior se encogió y endureció, quedando fofo amén de amorfo, porque no tiene marcados los lados. Lo que hice fue abrirlo un poco, rellenarlo a conciencia con napa sintética (madre mía la de uso que le estoy dando últimamente) dejando la esponja en el interior, recoser las aristas para que marquen un poco más los lados e intentar rehacer el cubo cosiendo discretamente una cara con la cara opuesta mediante una puntada y cruzando con el hilo por el interior de la pieza, de manera que de aplanan un poco los abultamientos. No es que se haya conseguido totalmente pero ha mejorado respecto a como estaba antes.
Al final obtengo un alfiletero más adecuado para agujas y alfileres gruesos, que traspasaban demasiado en los otros alfileteros que he hecho últimamente.

Así que esto es un buen consejo para los alfileteros en general: no sólo rellenarlos de napa sintética a conciencia para que queden bien prietos, sino tener la precaución de dejar un trozo de esponja o espuma más duro en su interior, para que se queden mejor clavados los alfileres. Exteriormente no se notará.

Aunque no es un tipo de patrón de alfiletero que abunde creo que es fácil de realizar. Tiene lo bueno que puede servir para reciclar un retal de tela blanca y anodina, que normalmente no se quiere para nada más. Los puntos se pueden pintar, bordar, coser como botones o formar mediante pequeños apliques adhesivos. Todas las aristas deben tener una costura para ayudar a que el cubo tenga los lados más cuadrados, pero no es necesario coser seis pedazos de tela; yo creo que cortando la tela de la misma manera que la usada para construir hexaedros de papel es suficiente, haciendo costura por cada parte que vaya a ser una arista, y dejando para coser a mano las aristas ensambladas. Todos los lados del patrón que dan al exterior deberían dejar una "pestaña" como margen de costura, y no sólo las pestañas que se usan para ensamblar las figuras de papel.  ¿Me he explicado bien?


Desarrollo de un hexaedro. Qué recuerdos del colé...
Yo ya tengo mi dado alfiletero, pero si alguna vez a alguien le gusta y me pide uno, intentaré reciclar alguna tela blanca y aburrida y coserle uno de esta manera. Los dados son figuras casi más simpáticas que las flores, ¿no os parece?

15 de octubre de 2015

Decoración con tarjetas de comercio


Puede parecer coleccionismo pero en realidad yo guardo las tarjetas de visita de los comercios, y en concreto de los restaurantes, para ver si les encuentro algún uso.

Algunas tarjetas de comercio y calendarios de mano son una auténtico monada.
En realidad sólo me quedo las tarjetas de visita de los comercios más significativos, pero en el caso de los restaurantes sí que hago acopio, y así a veces me inspiro para recordar a qué sitios merece la pena ir. Tengo incluso tarjetas recogidas en la calle, pero de restaurantes que no he ido, sólo pasaba por allí.
Aparte de usar estas tarjetas para forrar carpetas o enmarcarlas, que es el uso más habitual, o coleccionarlas sin más, yo usé buena cantidad de ellas para decorar los maderos embellecedores de mi cocina. Es una franja de madera que van de los muebles al techo, y que ya venía en la cocina de la constructora; no sé realmente como se llama, y conozco poca gente que tenga una franja tan ancha como la mía. Supongo que porque cuando la gente se diseña su propia cocina intenta aprovechar el máximo de espacio para almacenaje.
Pero yo enseguida vi las posibilidades decorativas de una zona que no es de repisa para exponer mis tarjetas de restaurantes. Con ellos di un ramalazo de color a una cocina muy blanca y de paso di rienda suelta a la nostalgia, pues buena parte de esas tarjetas son de cuando yo vivía a 700 km de donde vivo ahora, y son un recordatorio de una feliz etapa pasada.
Tenía tanta franja para pegar tarjetas que tengo una zona reservada para restaurantes exóticos, otra para solamente asiáticos, otra para asadores y cocina castellana, otro para restaurantes de cocina catalana y otra para restaurantes en general. Y me queda por poner la zona italiana, pero me faltan tarjetas.

La franja destinada a restaurantes asiáticos. En la foto inicial se aprecia que está al lado de la zona de restaurantes de cocina "internacional" y exótica  y restaurantes "generales". Las tarjetas de los restaurantes exóticos suelen ser preciosas.
 Basta con hacer una composición de las tarjetas, pegarlas en la parte trasera con un celo para fijarlas y colocar un film adhesivo sobre ellas, poniendo buen cuidado en que no se formen arrugas. El hueco entre las tarjetas suele ser suficiente para que el film quede adherido.
De igual forma se podrían decorar los frontales de algún armario, pero no recomiendo que se haga en zonas muy expuesta a grasas. El film adhesivo se puede limpiar con una bayeta húmeda, pero mejor no darle mucho trote.
Si nos cansamos de esta decoración, se puede despegar el film entero y recuperar las tarjetas, eso sí, con la capa de film por encima para evitar que se rompa el carboncillo si intentamos despegarlas.

No deja de ser un puzzle cuadrar las tarjetas disponibles.
La zona nostálgica de restaurantes catalanes míticos y de cocina catalana, y el lado vacío destinado a restaurantes italianos. ¿Os podéis creer que tengo ya muchas tarjetas reservadas pero me faltan 3 o 4 para poder tener una composición decente.

Habrá a quien le parezca cutre pero la gente me suele dar buenas opiniones. Esto lo hacen los del Ikea con un papel pintado y triunfan en el catálogo; si lo hago yo ¿por qué iba a quedar mal?
Así que ya sabéis, si os sobra alguna tarjeta de restaurante italiano, poneros en contacto conmigo; lo que para otro es basura para mí es un tesoro.

2 de octubre de 2015

Neceser de franela a partir de camisa de hombre reciclada



Material de partida: una camisa de franela XXL del maromo, con estampado Príncipe de Gales y un pedazo roto descomunal, que él ya no se pone por rota y por antigua (y a lo mejor por pequeña).
A primera vista, había suficiente tela para intentar reciclarlo en un top sin mangas, pero el estampado y el material me hicieron rechazar el proyecto (además, tengo otro proyecto aún más ambicioso con una tela mejor en estampado de pico de gallo). Luego me arrepentí un poco porque al quitar los botones y descoser la camisa la tela parecía más prometedora de lo que pensé en un principio, pero es que el estampado sigue siendo pelín sosito y...no sé...¿poco femenino? Estoy en una etapa más colorida de mi vida.
A medio camino entre un paño de cocina y un mantel...Pero no, es una camisa de hombre con un gran agujero en la parte inferior. El roto era demasiado grande e irregular como para coserse y que quedase bien, y el bajo no se podía recortar porque hubiera quedado muy corta. Como mucho se hubiera podido descoser un bolsillo y aprovechar esa tela para hacer un parche disimulado, pero ya me hubiera parecido un poco cutre, teniendo en cuenta que es una parte de la camisa que se hubiera visto por fuera...
Pues nada: directo a hacerse un neceser blandito y con asas para el coche (sí, me maquillo en los atascos. Me da tiempo a hacerme las cejas y todo en los semáforos, ¿qué pasa?).
La idea era imitar un neceser feucho que tengo en casa. Es de los chinos, sin forro interno y como podeis apreciar, con acabados interiores bastante cuestionables. ¿Cómo no vas a intentar mejorarlo en casa con un neceser DIY? Con las cosas que se venden por ahí...Pero es que el tamaño y la rigidez (poca) lo convierten en uno de mis neceseres favoritos, es súper práctico en los viajes.
A primera vista no llama la atención, pero luego en la práctica es muy cómodo porque tiene  el tamaño ideal para que quepan los elementos de aseo que me suelo llevar en los viajes.
El susodicho neceser, doblado. La tela es una especie de loneta no impermeable y ya empieza a estar desteñida.
Detalle del interior del neceser (perdón por la mugre, está sin limpiar) para que aprecieis el nivel de cutrerío que tienen algunos objetos profesionales que se venden por ahí: ni siquiera tiene forro interior, ni bolsillos, la entretela es muy fina y las costuras interiores están todas vistas.
Detalle de las costuras interiores, que sólo sirven para que se enreden los pelos. Pongo estas fotos para que se eleve la autoestima de todas las costureras principiantes y no se sientan acomplejadas con sus creaciones: si un objeto puesto a la venta tiene estos acabados, imaginaos si es "vendible" y aceptable cualquier cosa que hagáis vosotras.
Así que aproveché las medidas y el concepto para adaptarlo a la tela de franela.
Aunque el estampado se ve por las dos caras y sólo hay diferencia al tacto entre derecho y revés, usé la misma tela para un forro interior, para darle más rigidez, aparte de una entretela que me sobraba de una funda de cojín viejo. Aún así, seguía quedando blando, pero de lo que se trata es de reciclar, ¿no? Cuando sea una costurera experta ya andaré comprando guata.

Aproveché la parte de los bolsillos originales para dejar bolsillos interiores en el neceser, no presentes en el modelo, y reciclé una goma elástica sacada de un top con escote palabra de honor procedente de reciclaje urbano (ejem) para coserla y tener espacio para colocar brochas y lápices.
¿Para qué desaprovechar los bolsillos? Se dejan intactos con sus botones y se cosen discretamente  los dos trozos de tela correspondientes para dejar dos bolsillos internos en el neceser.
Cualquier trozo de goma sirve para acoplarlo al interior de un neceser. Con unas pocas costuras, todas hechas a máquina en la tela antes de coser el forro del neceser, se dejan huecos para los lápices de ojos, el de cejas, la brocha, el tubo del corrector...Y así contribuimos un poco al orden interior.


No tenía cremalleras blancas ni negras del tamaño adecuado, pero recorté una cremallera invisible burdeos procedente del mismo cojín reciclado que la entretela y resultó un hallazgo porque el toque rojo le la da la "chispi" de color que le falta al conjunto. Como el tirador de la cremallera se me rompió en la manipulación, reciclé un colgante con cascabelillo que tenía en mi "caja de bisutería rota para reciclar". Cosí la cremallera normal, no en plan invisible, porque creo que en un neceser no es cómodo. Además como normalmente coso cosas gruesas y ya saqué de punto la máquina una vez, uso el prensatelas de doble arrastre para estas cosas, y me daba pereza cambiarlo por el prensatelas especial de cremalleras.


Visión del interior del neceser, lleno ya de las cosas que suelo llevar en él. Los atascos a veces dan para mucho. En los bolsillos guardo las pinzas, colectores, pendientes, afilador de lápices... Se aprecia el colgante del tirador de la cremallera y las pequeñas tiras de tela que utilicé en los extremos de la cremallera para que no quedara demasiado fea una vez cerrada.
Las asas son de retales de la misma tela reciclados y cosidas al cuerpo del neceser. Como toque extra le podía haber embellecido las costuras con grandes botones negros, pero creo que no hace falta esforzarse tanto en un neceser que se va a quedar en el coche.

Prescindí que ponerle un bien a las asas, como tiene el original, porque no quería retocarlo más. Como mucho hubiera hecho las asas más gruesas, pero preferí aprovechar unos retales largos y estrechos que ya tenía que gastar los pedazos de tela más grandes que sobraban. Las asas van rematadas en cruz para pegarlas al cuerpo del neceser y pespunteadas por todo su borde para que queden más "aplastadas". Una vez cosidas del revés les di la vuelta no sin cierto trabajo con una aguja gruesa de hacer punto.
La gran pifia es que a la hora de coserle las esquinas para que el fondo del neceser quedase más cuadrado (desconozco el término de costura para referirse a eso) lo hice mal y tuve que recortar el conjunto posteriormente, quedando más pequeño y desproporcionado que el original, y las costuras interiores vistas en vez de invisibles, que es como pretendía que quedara...Esto me costó un disgusto, un cabreo y un estrés por acabar el maldito neceser y quitarme el trauma de encima, pero bueno, el resultado, aunque blando, creo que es aceptable como neceser de coche, y en todo caso mejor que el estuche de denim reciclado con forro de tela de calconzillo que tenía antes, jejejejeje.

Interior vacío del neceser, donde se aprecian las costuras interiores; aunque yo siempre recorto en zigzag las telas se siguen deshilachando un poco, pero el propio estampado de la tela ayuda a disimularlas. Dentro de que son costuras vistas, creo que no son tan cutres como las del neceser que sirvió de inspiración. 
Tengo otras camisas de franela para reciclar, y una más colorida que esta, así que intentaré hacer un neceser nuevo y mejorado, realmente con costuras invisibles y mejores acabados, esperemos que sin pifias esta vez.

Respecto a las costuras invisibles, realmente sólo quería dejar la parte del forro proveniente de una sola pieza de tela "reposando" sobre el bolso exterior, y con las costuras laterales invisibles.
Tengo pendiente de probar el método de costuras invisibles de los neceseres pequeños que ofrece Chita Lou (demasiado complejo para aplicarlo a otros tipos de neceseres y tamaños, al menos de momento y con mis conocimientos) y la costura francesa de la misma Chita Lou. ¡Hay mucho por aprender para alguien que quiera mejorar sus resultados!

Ya os iré informando de mis siguientes resultados.