30 de noviembre de 2015

Reciclar telas con estampados grandes para hacer apliques y rodilleras



Ejemplo drástico de "reciclaje urbano" (vamos, de un trasto que recupero de la basura y le doy otro uso): una gatera o cama de gato.
Una vez despiezada, mi mente sólo ve una fuente de tela más.
Desconozco si es que el anterior dueño la tiró porque el gato había muerto o qué (también abandonó un transportín de plástico que ahora uso para guardar las lanas) pero no estaba en demasiado mal estado: estaba entera y sin descoser, lo único es que la tela era finita, infantil y un poco descolorida an algunas partes. La espuma parecía estar bien.
Pues nada: se desmonta por los velcros, se separa el bies (he guardado una parte por si la reciclo, pero es un bies muy rígido y no sé si realmente tiene mucho uso), se lava la tela para quitarle restos de pelo de gato y ya tienes unos retales de tela de ositos para forro de cualquier cosa para los niños, o hacer apliques como los estoy usando yo.
Compras por metros en la mercería tela adhesiva para apliques. Yo entré pidiendo guata o entretela, pero en la tienda de costura creativa de mi barrio no tienen (!!!!!!!!!), sólo usan esto (Heat n'Bond) para dar rigidez a telas finas, y de paso volverlas adhesivas (si quieres).

Nota: ¿os parece normal que en una franquicia de costura creativa no tengan entretela adhesiva normal y guata "normal"?

El procedimiento es fácil: planchas por un lado sobre la tela que quieres (con una tela entre medias), y se te queda un parche rígido que puedes a su vez pegar por el otro lado en otra superficie, con la plancha. Luego si quieres puedes festonear para mayor resistencia en los bordes.
Pues nada, la probé para ponerle una "rodillera" decorada a un pantalón viejo de los niños, con buen resultado. Lo que pasa es que es el típico pantalón que les queda ancho de cintura y corto de pierna, así que les recorté el bajo para hacer unos pantalones cortos y le puse otra rodillera de la misma tela en la otra pernera.
No es que sea una rodillera con mucha cobertura pero al menos decora un pantalón muy cutre.
Un poco cursi para lo que suelen llevar mis niños pero si se trata de ropa para destrozar en el parque y probar que el Heat n'Bond funciona.
Ahora ya tienen unos pantalones cortos para el año que viene, de andar por casa o destrozar en el parque, en vez de tirar unos pantalones viejos y una gatera a la basura.Y me quedan ositos para cien pantalones más, o lo que quiera decorar. Y es que de las telas con esta clase de estampados también se le puede sacar un segundo uso.
Aparte de usarlas para las típicas bolsas guarda-todo que se cosen a máquina en 5 minutos...
La tela que está menos desteñida o cuyo estampado no se puede recortar porque las figuras no están enteras se aprovechan para cualquier otra cosa.
La misma bolsita, llena (aunque no lo parezca las costuras van por el interior).
Este papel adhesivo me está dando bastante juego así que lo voy a utilizar para otros proyectillos que ya iré presentando a su debido tiempo... ¿Pero como guata o entretela para neceseres? Nooo! Queda demasiado rígido cuando se pega en trozos extensos de tela. ¿Qué narices me han vendido en esa tienda?

24 de noviembre de 2015

Reutilizar macetas de bonsai


He tenido dos bonsais y no me han durado nada. Me compré un libro, seguí las instrucciones de los profesionales, y todo lo que conseguí es que perdieran las hojas por la sequedad y que les entrara una plaga de araña roja en las hojas nuevas. En menos de dos meses ya estaban en la basura y yo me quedé con mis macetas de bonsai, mi tierra de bonsai, mi abono de bonsai, mis herramientas de bonsai, mi libro de bonsai y mi todo de bonsai. Todo se puede reutilizar para el cuidado del resto de las plantas excepto las macetas de bonsai, que son especialmente planas y solamente adecuadas para el cultivo de cactus muy pequeños y cosas así.
Pero son tan preciosas que yo las tengo por casa dándolas otro uso.

La más alargada quedó estupenda como jabonera. Las piedrecitas que contiene en este caso fueron compradas en los chinos, pero también quedan estupendas las piedrecitas planas que cualquiera puede encontrar en la playa, y que son inmejorables para hacer manualidades y decorar la tierra de las macetas. Ni qué decir tiene que todo buen reciclado no compra jabones en pastilla si no que reutiliza la miríada de jabones de hoteles que ha ido recopilando a lo largo de la vida.

Típicas piedrecitas planas de playa que viene bien para estas cosas. Muy planitas, muchos colores, jaspeadas...Me lo paso yo mejor que los niños buscándolas.
Otras macetas se pueden reutilizar como centros de mesa, guardallaves o ambientadores decorativos si se les llena de velas de té y popurrí. Yo ahora porque las tengo retiradas por los niños, pero es un elemento socorrido para decorar la parte de abajo de la mesa de centro de delante del sofá.
Mientras espera un destino quizás mejor, a esta maceta grande la uso de centro de mesa, con veletas reutilizadas de un regalo.
Una macetita pequeña con conchas y popurrí. Tapando con fieltro o tela la parte de abajo (que tiene agujeros) se pueden usar como cualquier otra caja de ordenación.

Qué se le va a hacer; de momento no se me ha quejado nadie por ir repartiendo macetas por la casa...No creo que haya nadie capaz de tirarlas; estas macetas son una preciosidad, ¿no crees?

17 de noviembre de 2015

Colchas de ganchillo con restos de lana


Siendo nieta de abuela crochetera y tricotera, de las de siempre, de las que no necesitan patrones y sacan las medidas a ojo, que hacía unos cojines divinos (lástima no tener fotos), era cuestión de tiempo que intentara seguir la tradición familiar y me adentrara de forma autodidacta en el mundo del ganchillo.

Para que os hagáis una idea, mi abuela aparte de los cojines (muy elaborados, con punto haciendo efecto de flor de gladiolo y cosas así), hacer calcetines de andar por casa, chaquetillas de bebé en punto de arroz, jerseys de ochos y ropita para mi Barbie se dedicó a hacerle un par de colchas a cada hija de este estilo, gastando restos de lana de aquí y de allá:
Una de las míticas mantas de ganchillo de mi abuela, in memoriam. No es la más hermosa, pero sirve para demostrar como a veces lo sencillo es lo que mejor resultado da.
Detalle de las franjas. Punto alto a cascoporro y cada dos líneas, cambio de lana, sin patrón de colores definido. Más simplicidad, imposible. Y sin embargo, resultan.
¿Alguna de las lanas es demasiado fina? Se mezclan dos lanas finas y se tejen juntas, y como por arte de magia todas las franjas quedan del mismo grosor, con un acabado impecable.
¿Se acaba alguna de las lanas antes de tiempo? Pues se sigue tejiendo con alguna lana parecida, sin complejos. A mí hacer algo similar me produce mucho estrés porque se me van los ojos a la imperfección, pero lo bueno de las cosas hechas a mano y con amor es que estas cosas no deberían importar.
Prueba de agudeza visual: ¿dónde está el cambio de color?
Las mantas de mi abuela también tenían sus ñapas, pero insisto: el resultado es sencillo pero óptimo y muy práctico.
Todo el reborde de la manta está solucionado de esta manera, no sé si para darle un toque mejor de color o para solventar las irregularidades.

Mi abuela hacía que pareciera tan sencillo que era inevitable que yo en algún momento tratase de imitarla.
Mi primer proyecto resultó un poco faraónico: la típica colcha de cuadritos afganos clásicos de colores...No estoy nada satisfecha del resultado teniendo en cuenta el número de horas invertido. Mis errores: querer hacer una colcha para cama de matrimonio de 150 x 200 cm y pretender una locura cromática, de manera que en una misma línea de cuadros no se repitiera la misma lana del mismo color o textura. Resultado: muchísimo tiempo invertido, demasiados colores para resultar agradable a la vista, necesidad de comprar lanas nuevas a lo tonto (que después sobran y hay que buscar proyectos para gastarlas)  y dificultad para unir los cuadros entre ellos debido a las diferencias de tamaño.
No se aprecia pero las uniones en negro tampoco quedaron muy canónicas, están demasiado en relieve.

A ver si vosotros sois tan críticos con el resultado como lo soy yo.
Y lo peor de todo: las uniones entre colores (anudadas) se han deshecho enseguida y se ha quedado la colcha llena de huecos irregulares, agujeros y hebras que hay que reanudar como sea. Una chapuza.
Y no se queda ahí la cosa. Pese a su aspecto idílico, este tipo de colchas abrigan poco para el peso que tienen, porque el esquema de ganchillo que tienen es demasiado calado.
Así que para no dejar la colcha guardada en un armario por falta de uso práctico o tirarla a la basura después de tanto trabajo, me propuse coserla a una tela bajera y convertirla en una colcha más recia y tupida. Y quería que fuera en negro sin estampados.
El problema es que no venden telas de sábana negra con semejante tamaño, y no quería ni cambiar de color, ni coser dos fragmentos de sábana negra y que quedaran costuras, ni teñir una sábana de otro color y que quedara negra pero con el hilo de las costuras de color original.
Al final después de buscar telas adecuadas sólo encontré una tela de loneta negra no demasiado gruesa y del tamaño adecuado (!!!!!????? creo que tengo mala suerte con las tiendas que frecuento).
Nuevamente me arrepentí del resultado, porque aparte de que la tela de loneta resulta algo áspera a la vista y al tacto (necesitas poner una sábana debajo), añade más peso al conjunto.
Si lo llego a saber sí que hubiera optado por coser dos sábanas bajeras juntas o buscar otra tela de sábana del tamaño adecuado, aunque fuera de otro color.

Peeeeero resultó muy práctico al final, porque da el grado de calor justo para los meses de entretiempo, aquellos en los que no hace para dormir sólo con una sábana pero tampoco para sacar la funda nórdica, ni siquiera la finita. Así que de estar olvidada en un armario y con ganas de tirarla ha pasado a ser nuestra manta de referencia durante varios meses al año (aunque no descarto que acabe siendo rechazada de nuevo porque se me llevan los demonios cada vez que veo los agujeros en la labor).

De todas maneras, aunque quizás no se aprecia en la foto, sigue teniendo demasiados defectos como para estar muy orgullosa: irregular, desencuadrada, con desuniones en la lana y no demasiada estética.

Una vez aprendido que los cuadritos afganos no son tan prácticos como se piensa, me puse a ganchillear otra colcha que necesitaba para una de las camas de los niños; esta vez con punto alto corrido, pero en zigzag para darle algo más de sofisticación (extraído de Lanas y Ovillos y Tejiendo Perú a partes iguales).
Una manta de ganchillo como otra cualquiera. Ni por estas soy capaz de liquidar los choporrocientos ovillos de lana que tengo.


Detalle del zig zag por el derecho.
Todas las líneas están del derecho siguiendo los consejos de otra bloguera, pero no es algo que yo aconseje porque es mejor que la manta no tenga ni derecho ni revés, (así es totalmente reversible) aunque eso suponga que el punto quede poco homogéneo.
Detalle del revés de la manta. 
Pude aprovechar buena parte de la lana que sobró de la colcha anterior, aunque no todos los ovillos los gasté enteros...Para mi desgracia, algunos sí...¡¡antes de acabar cada bloque de color!! y para no deshacer labor tuve que recorrerme varios de los maxi china de la comarca para encontrar lana del mismo color y grosor. Eso no siempre fue posible y el ojo avezado podrá descubrir "parches" de lana para acabar algunas de las líneas.

Prueba de agudeza visual: ¿dónde están las franjas que han sido acabadas con dos tipos de lana diferentes?
El acabado quizás parezca más profesional y estético pero sigue sin convencerme "las arrugas"que genera el efecto zigzag. También pesa lo suyo y tuvo mucho trabajo, para tener un poder calorífico intermedio.

Detalle del extremo de la colcha. Lo  bueno de este sistema es que ni por los extremos ni por los laterales los acabados quedan tan mal como para necesitar alguna clase de reborde o decoración.
Echando la vista atrás no tengo buenos recuerdos con lana, salvo los amigurumis, que enseñaré en otro post. También he probado de hacer jerseys, faldas y tops para mí, y la cosa se ha quedado a medias o con resultado mediocre, y al final no me lo ponía. Mucho tiempo invertido pero el poco uso real, así que me lo pienso muy mucho antes de emprender otro proyecto parecido. Me gustaría un top calado de ganchillo, pero con mi pasado turbulento me temo que el proyecto está a la cola de mis prioridades...
¿Creeis que me paso de autocrítica?

14 de noviembre de 2015

Neceser transparente para vuelos en avión reciclando funda de plástico grueso



Material de partida: una bolsa de plástico grueso proviniente de una funda de protector de colchón que ya no iba a usar. Demasiado rígida y atractiva como para desaprovecharla. ¡Me daba pena tirarla!
Sobre todo cuando luego vas de viaje en avión y no tienes un neceser transparente para meter los líquidos y el maquillaje que no quieres facturar.

Síndrome de Diógenes de luxe.
En los chinos y supermercados venden bolsas transparentes con botes pequeños para estos casos, pero:

a) No tienen el encanto del reciclaje DIY, customizado.
b) Suelen venir con cierre zip y no cremallera, y los cierres zip son una mmmmierda, se rompen en seguida.
c) Suelen ser pequeños, insuficientes para mis necesidades.
d) Los botes que te dan luego realmente nos los usas porque usas los tuyos. Yo no suelo llevarme gel y champú, eso ya lo tienen en los hoteles, pero sí maquillaje líquido y cosas así, y eso no lo cambio de envase. Además los sprays de perfume suelen ser rematadamente malos, y poco herméticos.
e) No suelen tener asas, y los encuentro incómodos (las asas también pueden servir por si en vez del aeropuerto te los llevas al gimnasio y quieres colgar el neceser en un gancho).
f) Al final estás pagando por una porquería de bolsita de plástico con cierre.

Así que me puse a customizar mi bolsa de plástico. Los laterales ya estaban cosidos, el tamaño ya me parecía bastante adecuado, pero de todas maneras hice una prueba aparte por si el plástico resistía el pespunte. Y correcto: el plástico es suficientemente duro como para resistir fuertes tirones sin que se desgarre por las costuras.
Reutilicé una cremallera blanca proviniente de otro neceser regalado (al final, los neceseres plastificados comprados no duran un pimiento) que ya estaba roto que tenía el tamaño óptimo, aunque no es de una calidad extraordinaria. El problema es que quedaba muy soso sólamente así, así que pensé en ponerle una cinta embellecedora escondiendo la costura de la cremallera, y de paso hacer unas asitas.
Ninguna de las cintas que tenía pendientes de reutilizar se adaptaba al neceser por longitud, anchura o color, así que utilicé una que vi en los chinos de lunares que queda discreta y chic.
Quedaba bien (ni muy llamativa ni muy sosa) para decorar el contorno pero para hacer las asas era demasiado blanda, así que pegué un trozo de cinta sobre otro con la entretela adhesiva de doble cara (Heat and bond sewable en mi caso) y quedó un material semirígido para las asas muy aparente y sin costuras. La gente que prefiera usar cordones o cintas blandas lo puede hacer sin problemas.

Gasté el resto de la cinta para fabricar las asas pegando ambas caras entre sí con ayuda de una entretela adhesiva, y el resultado se aguantaba tieso.

Detalle de las primera costura de la cinta de contorno con la cremallera y a las asas.
Para que no se viera tan fea la parte trasera de la cremallera cosí por el otro lado una cinta blanca prácticamente del mismo grosor.
También se puede usar una cinta washitape que pegue bien, pero no sé si resistirá igual de bien el trote y el contacto con líquidos.

Una simple cinta blanca de más o menos el mismo ancho que no quita protagonismo a la exterior.

Para no agujerear en balde el plástico recomiendo sujetar las piezas con clips y pincitas de escritorio mientras se cose, en vez de usar alfileres, aunque el plástico resbala mucho.
No tuve problemas con el prensatelas común para coser el plástico; se deslizaba bien.

Al final me abstuve de coser las esquinas para que el fondo del neceser quedara más "cuadrado" (por favor, si alguien conoce el término de costura para ese acabado tan típico de los neceseres que me lo haga saber, ¡Gracias!)
Resultado final, con un trocito de cinta para hacer de tirador de cremallera añadido en el último momento, sacado del típico tirante que tienen las prendas nuevas para colgarlo en las perchas de la tienda.

Resultado: neceser de líquidos más grande y mono de lo normal pero cumpliendo la normativa.
Lástima no tener más bolsas de plástico igual de grueso para hacer más...habrá que estar ojo avizor. ¡No tireis las que veais!

Todo el espacio que quieras para maquillaje, líquidos, medicamentos, y sobra para  otros objetos de neceser que no sean líquidos.

10 de noviembre de 2015

Decorar cajas de puros (y lo que sea) con recortes de papel (découpage)


Todo un clásico: guardar las cajas de puros de las bodas para decorarlas. No me cabe en la cabeza que alguien pueda tirar estas cajas a la basura.
Hay quien las forra con tela y hace patchwork, pero en estos casos de cajas pequeñas creo que lo mejor es decorar con papel.
En su día yo quise decorar unas con la técnica del découpage, que suela muy chic pero es lo que se ha hecho toda la vida de recortar ilustraciones, pegarlas en algún sitio y después barnizar para que parezcan pintadas.

Esto lo hice a lot of years ago y no me acuerdo muy bien, pero compré en una librería de Barcelona un libro con ilustraciones vintage destinado precisamente a estas labores; los cuadernos para découpage suelen contener imágenes decimonónicas de flores, plantas, animales, mujeres... Estos papeles son especiales para esta técnica y son ligeramente gruesos, prácticamente cartulina, pero ni qué decir tiene que se puede imitar la técnica con fotos y dibujos recortados de revistas normales, servilletas, papel de regalo, etc.

Yo compré uno de pájaros, y, tras agotadores días recortando con una tijerita hasta que me dolían todas las articulaciones de la mano, obtuve dos cajas decoradas que merece la pena conservar, aunque ahora me ha dado por las cajas metálicas de galletas.
Perfectas-perfectas no han quedado porque con tantas esquinas de las figuras siempre hay alguna que se despega, y con el tiempo, el barniz amarillea.
Vista trasera de una de las cajas. Recortar tantos detallitos de hojas, picos y manos estrella y relaja a partes iguales, y no sé yo si es muy bueno para la artrosis.
Pegué todos los dibujos que contenían letreros y sobres para dedicar una de las cajas a guardar sobres y sellos, pero la tuve que vaciar porque algunos de los sobres modernos ya no me cabían. Pero este tipo de cajas quedan muy bien para guardar elementos de escritorio.
Como el interior de la caja ya tenía un forro de papel blanco lo dejé intacto y sólo pegué un pájaro especialmente representativo.
Vista del interior de una de las cajas.
Vista interior de la segunda caja.
Colocar todas las figuras sin que queden huecos, dejando delante las más grandes y hermosas y aprovechando las más feas para hacer el fondo da un poco de dolor de cabeza, es como hacer un puzzle en el que te da rabia que unas piezas oculten a las otras.
Vista trasera de la segunda caja. Algunos extremos de los recortes están despegados, que es precisamente lo que hay que evitar a toda costa en el découpage.
Algunos de los pájaros eran resultones y no demasiado cursis así que me dije...¡los voy a trasladar a un óleo! Y pinté unos cuadros mellizos al óleo que tiene mi madre en usufructo colgados en el salón.
Tengo imágenes para hacer una cacatúa y unos loritos a juego, pero me cansé del óleo y dejé el set de cuadros inacabados...hasta que me vuelva a dar la pasión!!

¿Reconocéis el estilo de pájaro, muy similar a los otros dibujados para el découpage? Aunque creo que esta especie no existe...

Para contrastar con el movimiento y la dirección del otro pájaro, después "tuve" que pintar este...
Y la pareja de cuadros en el salón de mi madre tal como están colgados... ¡Me paso la vida haciendo manualidades que luego no disfruto yo!
 ¿Qué opinión os merecen las dos labores?

4 de noviembre de 2015

Pintar con laca de uñas


Material de partida: lacas de uñas viejas, medio secas, que ya no aseguran una buena manicura aunque se intenten disolver con acetona, con colores o efectos estrambóticos fuera de moda, o que proporcionan mala cobertura.
En lugar de las temperas o similares, se están convirtiendo en mi pintura de cabecera para superficies pequeñas o metálicas.
Las lacas con purpurina o efecto brillante las suelo utilizar para escribir letras o hacer efectos en tarjetas de felicitación o trabajos de manualidades.
Las lacas negras o plateadas las he utilizado para reavivar el color de pendientes metálicos que con el uso parecían rozados o descoloridos.
Las lacas transparentes son el barniz más versátil que existe, y aunque estén amarillentos o coloreados no se tiran porque siempre hay una carrera en las medias o unos pendientes que producen alergia que lo necesitan.

Otro uso, gastando lacas de colores que tenía abandonados hace tiempo, era pintar anillas de lata, que pueden acabar convertidas en matrioskas si nos agenciamos con qué hacerles el cuerpo y la carita, como ya describí en un post anterior.
En este caso y siguiendo mi obsesión de disimular las marcas comerciales de objetos que uso, pinté la superficie de un metro extensible de publicidad, poco funcional porque es muy corto, feo como él solo, con efecto craquelado.
Usé tres capas de laca blanca, ya medio seca y pésima para la manicura francesa, y laca negra con efecto craquelado que también está bastante denso y ya no usaré mucho porque está fuera de moda y ya no puedo ir con esas pintas como si nada. Por último, laca transparente para dar más brillo. El resultado parece una especie de animal print que sabéis que para mí es un valor seguro.
Y por que yo fui a lo rápido y lo seguro, pero por lo mismo se podía haber intentado un efecto de piel de jirafa, de vaca, de cebra, de leopardo...
Y es que yo solo tiro una laca de uñas a la basura cuando se necesita martillo neumático para sacar el pincel de lo seca que está. En un pispas puede servir para custodiar cualquier artilugio tonto que tengamos por casa, dejándolo más gracioso y con ganas de darle otro uso.

No sé cómo narices llegó esto a mi vida.
Se puede jugar con el efecto carleado en función del grosor de la capa negra antes del secado.