23 de noviembre de 2016

Decorar el árbol de Navidad con galletas (y otros objetos reciclados)




Una manera barata de decorar el árbol de navidad a la vez que amortizamos el tiempo que dedicamos a la repostería navideña es decorar con galletas de jenjibre.
Basta hacer un agujerito con una pajita justo antes de hornear para poder colgar después las galletas.
Yo sigo la receta de Alma Obregón (última receta del video) y la verdad es que siempre quedan fenomenal, casi no merece la pena ni decorarlas salvo que las quieras regalar.
Horneas una tanda, las cuelgas, y a la que pasas por allí con un té calentito ZASCA, te zampas una galleta. Eso sí, mejor que no duren más de un par de días porque se reblandecen, y estas galletas tienen que quedar crujientes.
Yo encuentro que es una decoración ideal para el árbol cuando vamos a recibir visitas en casa.

Para darles color, utilicé colorante alimentario en gel de Dr. Oetker, que realmente no recomiendo porque tiene muy poca potencia de color. Gastas una barbaridad en poder obtener el color rojo, por ejemplo. Además como la masa de galletas de jenjibre es marrón por efecto de la melaza, el verde se desvirtúa (hay que ajustar la cantidad de amarillo y azul), el amarillo apenas de nota (aunque "sube" de tono con el horneado) y el azul queda grisáceo-negruzco. Es mejor usar colorantes líquidos de calidad repostera. Basta separar pequeñas porciones de la masa madre y amasarlas junto con el colorante hasta que quede un color homogéneo. Después debe reposar en la nevera igual para que se endurezcan.

Varias galletitas del mismo estilo. Los colorantes no aportan sabor a la galleta.

Ya que te pones a hornear arbolitos, le sacas partido a los otros moldes. Yo en mi caso no cuelgo los hombres de jenjibre porque mi molde es muy grande  (casi de un palmo de alto) y no quedan bien una vez colgados. Pero los regalas a tus amigos por Navidad y quedas fenomenal. También les hace mucha ilusión a los niños.

También he intentado decorar galletas con glasa hecha a mano, mezclando azúcar glas con gotas de leche hasta que quede pastoso, y luego colorearla. Una receta tan básica, sin espesantes, de la glasa, no es recomendable, porque realmente no queda consistente y luego gotea por todas partes. Os muestro sólo las mejores galletas (y es un decir) porque las demás fueron un desastre. Mejor usar glasa comercial coloreada (la venden en tubo) o chocolates para escribir. O simplemente decorar con trocitos de la propia masa de galletas y que los detalles queden en relieve pero del mismo color que el resto de la galleta.
Más figuritas de jenjibre. Tengo que mejorar la decoración de la cabeza. Recomiendo moldes pequeños porque aunque luego casi no se puedan decorar, dan lugar a raciones más razonables, y no se da lugar a que el borde quede crujiente y el interior demasiado blando (a no ser que esa sea la textura que se desea).
Ya puestos a decorar sin dulces, y sacrificando el objeto para la causa puesto que se va a caducar sin ser comido, es aprovechar los bastoncillos de azúcar que a veces acompañan a las bolsas de regalo. Quedan muy bien en el árbol, mejor que atiborrarlo de bolas que parecen cagadas por unicornios estreñidos, y desde luego están mejor ahí que dándole trabajo al páncreas. La campanita en este caso iba incluida pero se pueden reciclar ese tipo de campanillas de botellas de licor, adornos de bolsas navideñas...

Ese reno de fieltro, que por otra parte es muy fácil de imitar, no está creado por mí, si no reciclado del adorno de un regalo de navidades pasadas. Su reno gemelo acabó decorando el libro de huellas de bebé de mis hijos, ¿os acordáis? 
Si os fijais en el detalle de las piñitas de la foto anterior, vereis que también son "recicladas". Son pequeñas piñas de pino negro o pino silvestre, que por su tamaño y abertura son más discretas que las de pino piñonero, pintadas con spray de plateado o cobre (no tengo dorado), y colgadas sin más de un hilo. Os aseguro que aportan una elegancia al árbol que no da ninguna bola comprada, porque añaden naturalidad a la vez que rellenan pequeños huecos en los que otro adorno más grande quedaría mal. Así aprovechamos los tesoros que nos traemos de la excursión al campo con los restos de spray que tenemos de otras manualidades.
Diversos tipos de piñas, unas más lucidas que otras, y que por tamaño no son adecuadas para colgar en el árbol, pueden acabar decorando cualquier centro de mesa. Las cobrizas la verdad es que parecen piñas reales pero conservadas con un color más favorecedor. También he intentado el juego de pintarlas de un color y mojar el reborde con otro, si os fijáis. De la misma manera, se podían haber decorado con un poco de brillantina. 
El primer año que compré el árbol (en la liquidación de pasadas las fiestas, por eso tengo un pedazo de árbol de lujo comprado a mitad de precio) no llegué a tiempo de comprar una estrella a juego, pero siempre te puedes agenciar una haciendo origami con alguno de las múltiples cartulinas y hojas plateadas (o doradas) que previamente has ido acumulando a partir de folletos de publicidad, bolsas de compra... Las instrucciones para esta estrella tan lucida (aunque un poco asimétrica) están aquí. A mí me quedó mal, pero os recuerdo que también existe la posibilidad de hacer adornos en forma de estrella con CDs reciclados (esto es mucho más laborioso y a mí no me quedó bien).
Por favor, dejad los árboles de Navidad llenos a reventar de bolas gordas llenas de purpurina y objetos de decoración ochenteros supervivientes de navidades pasadas para las suegras y decorad vuestro árbol de forma discretas con pequeños objetos reciclados y baratos, muy personales...¡¡incluso comestibles!! Quedará muy elegante porque a menudo, menos es más.
¡Felices fiestas a tod@s!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tus comentarios y opiniones me motivan para seguir publicando. ¡Gracias por tu tiempo!