14 de diciembre de 2015

Amigurumis (I)

 Hace tiempo que no hago amigurumis, aunque hay lista de espera de proyectos. Es que no doy abasto con tantas manualidades que tengo al retortero. Pero voy a enumerar los que he hecho hasta la fecha.
La mayoría de ellos los publiqué en un blog personal anterior, pero aprovecho para editar las fotos y comentar algunas cosas prácticas sobre ellos.
De aquella época de hacer amigurumis a lo tonto me quedan muchos ovillos de lana de colores que tendré que aprovechar para algo (por ejemplo, hacer colchas de ganchillo) y napa sintética (o miraguano) que principalmente utilizo para rellenar alfileteros.

Osito Teddy
Este oso es un buen ejemplo de obra destinada al regalo o a ser juguete infantil. Es fácil de trabajar y pese a su tamaño tampoco se tarda tanto en acabarlo. El patrón está sacado de la inimitable página de Tejiendo Perú, muy recomendable para principiantes por la claridad de las indicaciones y tutoriales. Yo no lo hice para San Valentín así que ahorré los corazones, y reciclé un lazo sacado de no sé dónde para que no quedara tan soso. Seguramente lo repota si tengo que regalarle uno a alguien. Con muñecos de este tamaño es factible utilizar una cápsula de plástico de las que vienen en los estuches de tinte casero para el pelo o huevo Kinder, rellena de semillas, arroz o piedrecitas, para hacer del muñeco un sonajero. Simplemente se mete la cápsula y se envuelve de napa, hay espacio para todo.
Prueba de agudeza visual: ¿cuál es el escritor vivo favorito de la autora?
Pollito en su cascarón
Creo que fue mi primer amigurumi; se lo regalé a mi amigo Toni y a su madre. Quedó gracioso porque la lana es pelusilla y da el efecto pluma. Ahora bien, las patas, aunque en el patrón original son de ganchillo, creo que es mejor hacerlas de fieltro.

No se sabe si lleva un gorro de ducha o un cascarón, pero es por el efecto de una lana blanca demasiado gruesa.

Peludito y blandito, no se puede pedir más.

El pollito fuera del cascarón y visto desde arriba.

Pajarito
El patrón original es para un petirrojo pero yo aproveché unos restos de lana peludita para hacerle un regalo naïf a mi amigo Toni. Un pequeño muñequito realtivamente rápido de hacer. Ideal para aprovechar restos de ovillos. Lo malo es que si te picas puedes acabar con un arca de Noé.

Adorable y casi no se nota que las alas son asimétricas y que una está mirando a Cuenca.


 Belén
Lo malo de hacer manualidades es que cuando se enteran las cuñadas, te llueven las peticiones. Mi cuñada me pidió un Belén de ganchillo cagando leches, y para su cumple ya tenía uno. 
Utilicé derivaciones de este patrón, aunque hay otros en la red; todos bastante parecidos, la verdad. Esto sí que es bastante laborioso porque aunque las figuras son redondas y pequeñas, hay que dedicar mucho tiempo a ensamblar todos los bracitos y ropita y coser las cuentecitas. Como utilicé lana de distintas calidades y grosores y nunca me acordaba de la aguja que usaba para todo, las figuras me quedaron de distintos tamaños (unas más gordas que otras), pero en conjunto quedó gracioso. Metí piedras junto a la napa para que quedaran derechas, sin resultado demasiado estable: si vuelvo a hacer alguno para mí (creo que sólo de los Reyes Magos, que son lo mejor del conjunto), meteré lo que os digo de la cápsula de plástico rellena de algo pesado.  
A ver si me animo y hago al menos un Baltasar, que es mi rey preferido por el exotismo; tengo ya una bisutería rota y unas plumitas recogidas ideales de la muerte para hacerle el tocado.

 (Voy a conservar los comentarios originales del otro blog para cada foto porque no tienen desperdicio.)
La Sagrada Familia. La Virgen está un poco gorda, pero es que está recién parida, joer. Según el Maromo, Jesucristo nuestro Señor parece un reptil gusano, así que le puse aureola para que tuviera más gracia. Como reivindicación de su maltratada figura, San José me ha quedado bastante bien, destaca por su barba tupida y sostiene con dignidad un pincho moruno. Lástima no haberles hecho una foto por detrás.
El Ángel en su juventud escuchaba glam metal y así se ha quedado con el pelo cardado. Para disimular los brazos asimétricos, le pequé una estrella en la mano. Para que veais el síndrome de Diógenes que es necesario tener para encontrar los materiales necesarios para la miniatura, el hilo dorado de las mangas procede de un fleco suelto de un camino de mesa, que convenientemente guardé por si un siglo de estos hacía falta. La aureola está hecha de cinta de regalo rígida. Las figuras tienen dentro de relleno de peluche y un pequeño canto rodado amorosamente recogido en los descampados de Arroyomolinos para que haga contrapeso; hay que andar moviéndolo para que la figura se quede tiesa, pero eso forma parte del encanto kitch del Belén.

Melchor: la corona cuajada de piedras preciosas y el anillo de rubíes no disimula su aspecto de científico loco de raza aria. La capa roja bordeada de armiño no disimula que me equivoqué utilizando un ganchillo más pequeño que para el resto y se quedó pelín pequeño comparado con el resto de figuras, pero puede ser por la edad. 


 Gaspar: tiene el culo gordo por la diferente textura de la lana y parece que le ha robado la chichonera al hijo de Son Goku, pero es que como no me quedaba lana marroncita para hacerle pelo, le monté una barba espectacular que, junto al huevo Kinder lleno de incienso, aporta dignidad al Rey Mago más ignorado.
Baltasar: un resto de lana de fantasía muy difícil de tejer que no iba a tener otro uso sirvió para crear una capa y un turbante de lo más exótico, que además disimula que, por efectos del grosor de la lana, me ha quedado un negro cabezón.

Aquí los tres en buena compañía. Ya veis que en un par de meses haciendo y rehaciendo y cosiendo bolitas con pulso de cirujano bastan para hacer a una cuñada inmensamente feliz.
Cupcakes
Una vez liberada de la magna obra bíblica, me puse a hacer pastelillos para decorar el centro de mesa. El de cereza y el de topping de fresa me quedaron espectacular, el resto hay que pensánselo dos veces para hincarles el diente. Los chinos del barrio dudaban de que alguien pudiera llevarse a casa un plato de plástico tan hortera, pero sólo hay que esperar con paciencia a que suceda el milagro.
Al final también se lo regalé a la cuñada (aunque no sé donde lo tiene puesto, mmmmm).
Hay gente que aprovecha estos cupcakes para alfileteros, y la verdad que el de la cereza queda muy aparente. Yo es que no sé qué pinta un cupcake como alfiletero, más bien creo que se puede aprovechar cualquier otro animalito (empezando por un erizo) para dedicarlo a ese uso...


Por culpa de estos cupcakes ahora tengo abalorios pequeñitos pa'aburrir que tendré que gastar. No digas que el de cereza no está apetecible, mmmmmmm.
Elmo
Como al maromo le gusta mucho Elmo le hice uno, sin más. Lo más delicado es coserle bien la boca para que no le quede ni muy hacia fuera ni hacia dentro, no me acabó de quedar bien.
Las pupilas son cuentas blancas pintadas con spray, antes de que me diera la afición por pintar con laca de uñas. En un par de tardes bien aprovechadas la verdad es que tienes un muñeco resultón.

¿Quién dice que no se puede regalar muñequitos a un hombre?
  
Muñeca estilo Barbie
Fue un poco cansina y dejé de lado los amigurumis después de ella. Está inspirada en esta muñeca.
Lo malo es que le quise poner un pelo tan largo que ahora se le cae para atrás la cabeza (y eso que le robé parte de él para acabar una línea de la manta de ganchillo, pero dio igual porque tuve que buscar lana parecida para acabar el tramo). Los rasgos (hechos con tela pintada e hilo) le quedaron como de mala leche. El vestidito y las sandalias son improvisadas y la boa de plumas la saqué de vete tú a saber de dónde. Lo peor de todo es que sólo con niños en casa le sacas poco provecho, tú espérate que no la acabe regalando... 

No sé por qué pero me quedó más caderona y menos pechugona que el original. Las pudorosas braguetas venían así en el patrón. pese a la cantidad de aumentos y disminuciones que tiene, no es tan difícil, pero sería buena idea ingeniárselas de alguna manera para que la columna quede rígida y la cabeza no se doble con el peso del pelo

La maja vestida; con vestido de noche tipo sirena y cuello halter y unas sandalias atadas al tobillo diseñados ad hoc para que la pobre no estuviera eternamente en bolas (y le pegara con la boa de plumas).

¿Qué os parecen para una principiante?

1 comentario:

  1. Me encantan los pajaritos. Creo que me llevaré uno a casa y dejaré otro en casa de mi madre :)

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