19 de septiembre de 2015

Decorar tarrinas de helado

No hay tortura en el infierno suficientemente dura para los que tiran a la basura algunos envases comerciales, especialmente las tarrinas de helado. Las de la foto corresponden al envase de sorbete de limón del Mercadona, que compramos siempre que tenemos visitas porque solemos preparar sorbete de limón al cava de postre. Son estupendas porque son negras y la tapa es bastante hermética, no se rompe mucho cuando se abre el precinto.
Como cajas de ordenación son insuperables, porque tienen un tamaño que cabe en cualquier cajón, son apilables y discretas. La ventaja es que al ser de plástico pueden estar en un cuarto de baño o un jardín, aguantando humedad.

Los dibujos de la tapa no se pueden eliminar con disolvente o rascando la pegatina, pero ese inconveniente se supera con facilidad con un papel adhesivo suficientemente oscuro. Yo tengo rollos de papel comprados en los chinos y en el LIDL...¿adivináis de qué? De mis adorados animal print: tengo de vaca, de cebra y de leopardo, que es lo más culebra a este lado del arroyo de los Combos. Pero hay miles de diseños chulos donde elegir.

Da igual el sabor: selecciona la tarrina de helado más dura y oscura porque es irresistible no prepararse una cajita de estas.
La medida exacta que tengo que recortar la obtengo de la silueta de la boca de la parte inferior del envase
Cuidado con el papel de vaca y de cebra y en general los de fondo blanco porque las letras del envase se transparentarían, y da mal resultado pegar dos capas de papel adhesivo, porque el estampado de la capa de abajo no coincidiría con el de arriba, también se transparentaría y daría mal efecto. Para evitarlo, hay que ocultar las letras del envase pintándolas con típpex, laca de uñas muy cubriente o cualquier pintura que pueda cubrir el plástico lo suficiente para que luego no se transparente el dibujo cuando se pegue el papel adhesivo.

Tienen usos mil: guardar cremalleras, rodilleras y otros artículos de costura, guardar cubiertos de plástico, velas de cumpleaños o cualquier objeto pequeño que pulula por la cocina, pinturas y lápices de colores, canicas y juguetes pequeños, piedrecitas, restos de abalorios que están esperando un uso mejor, maquillaje y artículos para el pelo... Dan alegría cuando se abre cualquier cajón.
Si en mi casa alguien tira uno de estos, le muerdo un ojo.

2 comentarios:

  1. Hola guapa, que bueno!!! Yo las uso pero sin decorar... pero me apunto la idea, voy a ver qué puedo reciclar.
    PD: El libro de retales precioso, me encantó.
    Besos,

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  2. Muchas gracias! Me alegro que te gustara.
    A ver si me paso por tu blog, que tus útlimas creaciones son una currada ;)
    Un beso

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